– ¿Oíste lo que dijo el colgado de antropología?
– Lo siento tío, estaba leyendo un tratado de Nietzsche sobre la verdad oculta de Dios, y me vine arriba…
– Vamos, que te estabas liando un canuto enoooorme…
– Por culpa como tú, los de filosofía somos los ”perroflautas” del pasillo…
– Dice que hay un pueblo, cerca del Orinoco donde el sol llega, se introduce en la selva y es almacenado por una tribu, los Gatkoubub. El caso es que los tipos en taparrabo creen en el poder de la luz, y no han encendido un televisor en su vida…son primitivos, nadie conoce su rostro, sólo los que en la selva se han perdido y nunca más han escuchado hablar de ellos.
– ¿Y?
– Pues que mucha luz y poco amor.
– Pero… ¿Qué mierdas dices?
– Pues eso, que no saben qué es el amor.
Él hace que retome el interés poniéndose a un palmo de mi cara, contemplándome con sus ojos marrones . Unos ojos profundos cuyo iris, comienza a enroscarse en unos anillos, parecidos a los del tronco de un gran árbol.
El pelo se me moja de pronto, paso la mano por mi cabeza y noto el calor abrasador, miro mis manos temblorosas, cierro los ojos y cuando los abro, un gran árbol me estrecha entre sus raíces.
‘Nothing lasts forever, except you and me…‘